23 de septiembre de 2009

Para leer mientras viajas (o en la fila del super)

El reflejo (Oscar Wilde)
Cuando muere Narciso, el rio habla con las flores de lo mucho que extraña al bellísimo joven. Wilde dice "... Si yo lo amaba -respondió el río- es porque, cuando se inclinaba sobre mí, veía yo en sus ojos el reflejo de mis aguas..." . Una microficción en la que Wilde nos muestra con exquisita sencillez la naturaleza de la vanidad. Se termina de leer antes de llegar a la siguiente estación ( si viajan en tren o subte) pero nos obliga a mirarnos por largo rato mucho después de llegar a destino.

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